Normalmente la asociación entre drogas y enfermedades mentales es recurrente y para los no expertos, suelen ir de la mano como una secuencia inevitable: drogas, luego enfermedad mental. Pero nuevos compuestos como el aceite de CBD, extraído del cannabis, han dado la vuelta a la ecuación: enfermedad mental, luego drogas. Evidentemente la enfermedad mental siempre ha sido tratada con drogas, pero de las legales. Antidepresivos, benzodiacepinas u opiáceos están a la orden del día en el tratamiento de los trastornos de la personalidad y el estado de ánimo. Lo novedoso de seguir investigando con una sustancia compleja como la marihuana, es que se abren nuevos caminos en el tratamiento de enfermedades considerando la mejor calidad de vida del paciente, otorgando importancia por ejemplo a los efectos secundarios indeseados de los tratamientos tradicionales.
En este caso, la noticia que ha ocupado portadas habla sobre los buenos resultados obtenidos en el tratamiento del TOC (trastorno obsesivo compulsivo), un trastorno más común de lo que pensamos y asociado a la ansiedad.
El TOC presenta síntomas que incluyen las obsesiones (con pensamientos desencadenantes), y sus correspondientes compulsiones (por ejemplo lavarse las manos repetidamente o encender y apagar una luz). Además, viven acosados por pensamientos de miedo y fobias. Estos pacientes, por lo tanto, son de muy amplio espectro y en consecuencia no todos pueden ser tratados de la misma manera ni responder con el mismo grado de eficiencia al tratamiento con cannabis, debiéndose llegar a una combinación exacta de proporción entre el THC (compuesto psicoactivo) y el CBD, y viendo cómo va asimilando cada paciente esta sustancia. Por ejemplo, se puede trabajar más con las variedades índicas, más relajantes, y dejar las sativas que producen más “colocón” y pueden aumentar la ansiedad y la paranoia. Las variantes índicas funcionan como un freno, algo impagable cuando estás en un bucle de pensamientos obsesivos. El aceite CBD, nombrado al principio de este artículo, funciona como ansiolítico y antipsicótico, y algunos sugieren que también es “anticompulsivo”. Una vez más, una planta que nos ha acompañado desde hace milenios parece tener enormes capacidades para dolencias actuales. Esperemos que la legislación acompañe a la investigación y pronto podamos disfrutar de una nueva alternativa terapéutica.
Fuente: https://www.corunahoy.es/cannabis-y-toc