El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico, es decir, el cable que transmite la información visual del ojo al cerebro. El daño al nervio óptico debido al glaucoma puede provocar pérdida de la visión y ceguera.
Los tratamientos que disminuyen la presión en el ojo reducen el riesgo de presentar los daños en el nervio óptico que definen el glaucoma, así como el riesgo de que los daños preexistentes empeoren.
A pesar de los tratamientos disponibles para reducir la presión ocular, como la medicación en gotas oftálmicas, el tratamiento láser y la cirugía en quirófano, para algunos individuos estos tratamientos no disminuyen suficientemente la presión ocular o provocan efectos secundarios inaceptables. En estas situaciones, tanto el paciente con glaucoma como el médico buscan terapias alternativas.
¿Alternativa al tratamiento?
Una de las alternativas que frecuentemente se analiza para el tratamiento del glaucoma es fumar marihuana ya que esta práctica efectivamente reduce la presión ocular. El dato que suele no valorarse es el hecho de que el efecto de la marihuana en la presión ocular tiene una duración de tan solo 3 a 4 horas, lo cual significa que para reducir la presión ocular a toda hora sería necesario fumar marihuana entre 6 y 8 veces por día.
Además, los efectos de alteración del estado de ánimo de la marihuana impiden que el paciente que la use conduzca vehículos, opere maquinaria pesada y se desenvuelva con la máxima capacidad mental. Los cigarrillos de marihuana también contienen cientos de compuestos que dañan los pulmones, y el uso crónico y frecuente de marihuana puede dañar el cerebro.
Otra manera de administrar el ingrediente activo de la marihuana, tetrahidrocannabinol (THC) es por vía oral y debajo de la lengua. Estos métodos evitan el efecto perjudicial que fumar marihuana provoca en los pulmones, pero se ven limitados por otros efectos secundarios sistémicos, como somnolencia y pérdida del juicio. En un estudio en el que los médicos les ofrecieron a algunos de sus pacientes con glaucoma que empeoraba la opción de tomar comprimidos con tetrahidrocannabinol y/o fumar marihuana, 9 de 9 pacientes interrumpieron el uso de uno de los métodos o ambos en un plazo de 9 meses debido a los efectos secundarios. Se ha investigado el uso de gotas oftálmicas con THC o compuestos relacionados, pero aún no ha sido posible formular una gota oftálmica capaz de introducir el fármaco en el ojo con la concentración suficiente para lograr su efectividad.
Presión más baja
Si bien la marihuana efectivamente disminuye la presión ocular, también baja la presión arterial. Una presión arterial más baja podría provocar un suministro reducido de sangre al nervio óptico, lo cual a su vez podría dañarlo. En consecuencia, es posible que, si bien la marihuana efectivamente reduce la presión ocular, su empeore la pérdida de la vista debido al glaucoma. Por tal motivo, no es posible recomendar el uso de marihuana sin un ensayo clínico a largo plazo que evalúe la salud del nervio óptico así como la presión ocular.
El mensaje rescatable es que, si bien la marihuana puede reducir la presión ocular, recomendar esta droga en cualquier presentación para el tratamiento del glaucoma en este momento no tiene sentido debido a sus efectos secundarios y la breve duración de su efecto, además del hecho de que no se cuenta con evidencia de que su uso altere el avance del glaucoma.
Fuente: https://www.glaucoma.org/es/debe-fumar-marihuana-para-tratar-su-glaucoma.php